El primer sello postal se emitió en Londres, en 1839. Es el llamado Penique Negro. El sistema de pagar con un papel valorado el franqueo de un sobre que transporta una empresa de correos, una vez difundido en el mundo -hecho que fue muy rápido- generó la afición, el amor de guardar y cuidar estos sofisticados papelitos autoadhesivos. Un francés, en 1864, creó el nombre (philos+ateles, voces griegas).
En esta página presento el sobre con el que los EE.UU. celebró la histórica llegada del hombre a la Luna. Su fec ha: 20 de Julio de 1969. El sello está en buenas condiciones, y el sobre con algunos deterioros perdonables.
Examínelo. Si le interesa me escribe.
Poseo, además una no despreciable colección de sellos chilenos, desde sus primeras series hasta m/m 1980.
Es cierto que la filatelía, por años fue una pasión de estudiantes y adultos. Después, los países saturaron el mercado con excesivas emisiones comerciales. Hubo pequeños estados que cubrían gran parte de sus finanzas con sus maravillosos papeles de colores.
Hoy, la afición es limitada. El mercado es atrapado por celosos filatelistas y comerciantes, en todo el mundo.
Una crítica: si uno quiere vender, no pagan lo que vale una pieza o una colección.
Si se quiere comprar, hay que pagar caro, a veces más que los catálogos.
Pero, todavía es una pasión.
Aquí estamos en presencia de homenajes de Alemania a escritores de habla alemana. Haupmann, Hesse y Th.Mann, Premio Nobel c/u. Goethe ha estado presente en muchos sellos de mejor calidad que el aquí presentado. Enseguida, Franz Kafka, judeo checo de habla (y escritura, por supuesto) también alemana.
Presencia chilena en sellos de la (ex)República Democrática Alemana. Ellos son:
Luis Corvalán, Salvador Allende y Neruda
Así es la filatelia. Los pequeños trozos de papel reflejan ideologías, retratos de
personajes de toda índole, paisajes, banderas, monumentos, ciudades, edificios
patrimoniales. En fin, son trozos de la historia de cada país o región.
